La voz es un instrumento primordial para la comunicación de las personas
Con la llegada del invierno y de los cambios de temperatura aparecen los primeros problemas en la voz: afonías, disfonías, irritación, molestias. Aunque la voz es la herramienta de trabajo de muchas personas (docentes, cantantes, locutores, actores, vendedores, etc.), todos empleamos este instrumento diariamente para comunicarnos. A menudo, sin darnos cuenta, realizamos acciones que pueden dañar nuestras cuerdas vocales y, si se mantienen, pueden dar lugar a alteraciones y trastornos de la voz. El Día Mundial de la Voz (16 abril) se celebra para recordar la importancia de cuidar nuestra voz. Muchas personas en el mundo padecen algún trastorno de las cuerdas vocales que necesita atención médica. ¡Aprende a cuidar tu voz!
Vamos a hablar de algunos consejos para cuidar la voz, evitar forzarla y poner en práctica hábitos vocales saludables:
- Emplear un volumen de voz moderado, no hablar gritando por encima del ruido ambiental.
- Hablar a un ritmo adecuado, articulando bien cada sonido (en lugar de aumentar la intensidad), pararse más a menudo y utilizar gestos para apoyar el discurso (atraen la atención del oyente y dan pistas semánticas).
- Intentar no utilizar el aire pulmonar residual para hablar, evitando así la sensación de ahogo y que no se llega al final de la frase. Respirar adecuadamente, dejando que el abdomen y la zona intercostal se muevan libremente. Respirar bien, es sinónimo de tener una correcta voz.
- Evitar poner en tensión la parte superior del tórax, hombros, cuello y garganta al inspirar o hablar. Observar el nivel de tensión o de distensión en esta zona.
- Asegurarse cuando se habla en público de que los oyentes vean los labios, un 30% del habla se lee en los labios del hablante.
- Cambiar la distancia física de los interlocutores para evitar incrementar la intensidad de la voz (disposición adecuada de sillas y mesas en las aulas, hablar cuando los interlocutores estén cerca, etc.).
- Evitar
el consumo de bebidas muy frías o muy calientes. Limitar la ingestión de
alcohol.
- Controlar
el uso de condimentos excesivamente picantes en las comidas.
- Reducir
el uso de tabaco. No fumar.
- Asegurarse
un buen nivel de hidratación de las mucosas. Beber un mínimo de litro y medio
de agua diario, tomar infusiones.
- Acostumbrarse
a llevar siempre una botella pequeña de agua y beber a sorbos a lo largo del
día. También es importante beber durante la exposición de la voz. El agua es el
lubricante ideal para las cuerdas vocales.
- Tomar
infusiones de tomillo, miel y limón. Beber lentamente para beneficiarse más.
- Realizar
gárgaras con una infusión de hojas de salvia. Si resulta una sensación muy
astringente puede prepararse la infusión añadiendo manzanilla a partes iguales.
- Si se toman caramelos para suavizar o cuando se nota mucha sequedad que sean de miel y limón, nunca de menta o eucalipto porque éstos resecan.
- Evitar cualquier perturbación violenta sobre las cuerdas vocales como toser con fuerza o carraspear para aclarar la voz, ya que suele producir fricción y una mayor irritación. En su lugar, bostezar para relajar la garganta y beber agua.
- Evitar la inhalación de sustancias tóxicas o irritantes: tabaco, gases, polvo, amoníaco, etc.
- Humidificar
ambientes muy secos (calefacción) y controlar los aparatos de aire
acondicionado (frío).
- Evitar
los cambios bruscos de temperatura y las corrientes de aire.
- No intentar hablar cuando se está resfriado con un nivel de voz normal.
- Observar síntomas de fatiga vocal: sequedad, tensión, ronquera, etc.
- Evitar hablar mientras se está realizando esfuerzo físico, sobre todo el que suponga fijar la posición de los brazos (correr, bicicleta estática, bolsas de la compra, levantar pesas, etc.).
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